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viernes, 13 de junio de 2014

Vamos,  poeta ,
Es tiempo de siembra y cosecha.
Aún tiemble el cuerpo ,
la cabeza arda,
mis  dedos crujen en las teclas.
Como una locomotora
Mi voz  dulce , invita , saluda
narra,  encanta , convence.
Ataca mansa,  amigos, enemigos
periodistas, tíos, primos.
La incesante actividad  trae a mi mente
aquellos días de adrenalina ,
cuando las noches  
 brillaban como fuegos artificiales
el corazón en un puño.
La emoción latiendo húmeda en mis ojos.

 Pan de cada día era la felicidad.

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