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viernes, 13 de junio de 2014

Si hoy permito ,
que la tristeza haga mella en mi cuerpo,
 arrancaré  de raíz, 
cada púa, 
enterrada en mi piel.
Aspiro profundo,
una bocanada de aire puro.
No salgo a la calle.
Las  palabras duras son piedras
 lanzadas con puntería 
a la distancia ,
a los órganos frágiles.
Mi cuerpo tambalea
Tumba   entusiasmos.
El veneno de tus palabras injustas   
 no filtrarán mi sangre
 hasta que yo lo decida.
Batiré mis alas de paloma herida,
ágil tan ágil que crecerán mis alas
Seré un cóndor , un águila
surcando valiente el cielo.
Tus  piedras no alcanzarán
mi cuerpo de ave poderosa.

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