Te presentaste en sueños, como antes.
Era tu olor penetrante en mi habitación
Rauda corrí en pos de ti.
Sabía de tus escondites
En la cima del barranco te encontré
Estabas de espaldas al mar.
Sin decir palabra, me entregué mansa.
Ahora deambulo por malecones en pos de otro encuentro.
De tu olor en mi piel .
La caricia deliciosa de tu garra.
Mi sangre dulzona sobre tu cuerpo.
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