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domingo, 18 de noviembre de 2012

Son días, como éstos cuando me visita tu recuerdo
Estás en la brisa que entra por mi ventana
Susurran tu nombre  los árboles de los días/noches
Cómo olvidar tus manos sabias de caricias.
Incendiamos las noches en la casita  de los montes
Cada beso era una estrella brillante en la oscuridad 
Tú , potro brioso, yo, yegua madura.
Nos volveremos a ver, lo dice el canto del mar.
Cualquier día, en una esquina , o cerca a mi parque 
Te guardaré entre mis piernas como antes.
Esta vez no nos perderemos uno del otro.
Cerraré la puerta con doble llave.
Los días dulces pintaran  nuestros cuerpos.
Por un tiempo, al menos.

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