Soy la mujer que yace desnuda en su cama.
Los ojos entrecerrados, las manos como palomas
recordando , añorando tiempos salvajes.
En aquel entonces, yo vivía dominada por mis impulsos
No tenía conciencia ni responsabilidad.
Tomaba para mí lo que gustaba .
Era parte de mis episodios maníacos.
Los días agitados fueron muchos e intensos.
En el verano se encendía la sangre de mi cuerpo.
Y latía el pulso , las horas y el sueño no llegaba nunca.
Ahora viene un médico una vez por semana y me medica.
Sin embargo mi temperamento ardiente es imposible de dominar.
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