Soy la mujer casada.
que se mira en el espejo
en un telo de Lince
La que ha esperado toda la vida
un amor ardiente
Y que no se atrevió.
En el momento
Se echo atrás
Y no quiso
mostrar
su cuerpo
hinchado y
gordo.
Aquella que
por verguenza
te perdió
Ahora lamenta
su cobardía
su estúpida
vanidad y
Sigue deseando
Solo que no sabe
Si tú aún
aún
deseas
como entonces
cuando las noches
eran estrellas fulgurantes
sobre un cielo de verano.
Acaso sí
Acaso permaneceré sola.
Regreso a casa
con la cola
entre las piernas
Derrotada.
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