Soy la mujer que se enfrenta al día/noche desarmada.
A veces, voces de espanto atormentan mi mente.
Regañan, gritan lisuras , rien por gusto.
Otros días, como hoy, es silencio y soledad
como son las madrugadas serenas.
Los trinos de los pájaros cantan tonadas de amor
Y puedo olor la fragancia de los árboles.
Se hace la luz y celebro la vida
A lo lejos, el aletear furioso de los cuervos.
Escondo mis poemas de las odiosas criaturas.
Mañana saldré armada de una honda y piedras.
Apuntaré y uno a uno caerá como manchas negras .
sobre el pavimento,
Sin poder alguno los pisaré hasta su muerte.
No canto victoria.
Los cuervos regresan a su antojo.
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