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sábado, 17 de noviembre de 2012

Repites la palabra amor mil veces
hasta resultar pálida, insignificante, pegajosa
Y mil veces, los cuervos devoran mis entrañas
No son  serpientes ni cuervos 
Eres tú, el hombre más querido
Aquel que  con mentiras y promesas
destruyes día a día mis ilusiones
Comprendo.
No eres tú, no eres malo
Es tu cuerpo.
Se retuerce si no tiene eso que necesita.
El amor no cura, alivia.
Sostendré tu mano en calles y avenidas.
Contemplaré tu sueño  pesado la tarde de un sábado
Pero no te diré amor.
Te diré esposo: estoy a tu lado.

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