Descubrí tu figura erguida entre los peñascos
De espaldas, los ojos absortos en el mar.
Me tiendo mansa en el jardín a añorar
Tu olor impregnado en la tierra
Las caricias de tus garras.
Sé que entrarás por la ventana una noche
Caeré rendida nuevamente.
Sin una palabra de reproche.
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