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lunes, 26 de mayo de 2014

Herí de muerte al animal oscuro,
cuyo aliento acezaba frío  tras mi cuello.
Unté mi cuerpo con su sangre ,
mis labios bebieron  su  líquido amargo.

Salí a recorrer   a trote veloz  mi  amado parque.
El aire puro terminó de desvanecer sus ojos
en  los míos.
Las flores, los árboles de mi aurora 
me contaron de tiempos felices,
cuando el miedo era mi  impulso.
Yo , mujer trasgresora,
valiente, 
combativa
Me comía el mundo.
Cada día.

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