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viernes, 30 de mayo de 2014

Confiesa de una vez,
si no quieres que arroje al río las cenizas oscuras
 de los  puros  que fumaste
escupiendo mi nombre  a la tierra.
He bañado mi cuerpo en aceite.
Coloqué tu foto en medio 
de un círculo de velas
incandescentes.

No existe salvación para tu voz de niño cobarde. 
No supliques , porque la ira sube como la espuma
 a mis ojos,  niebla el entendimiento y  ataco.
Crece mi cuerpo de venada, soy leona herida
Como hombre aguantarás el crujir de tus huesos.
Tu piel desgarrada por  mis zarpazos .

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