Son tus manos
dos aves,
Sus plumas
me recorren dulce
Acarician con sus alas
el largo de mi cuerpo
cada valle,
se detienen
en mis montes,
las mesetas vibran
mi cuerpo late
cobra vida.
Mi vientre canta
llora miel,
desesperado
Es tan intenso el deseo
Me encegueze,
Pierdo el sentido
y caigo al abismo
profundo del placer.
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