Esta tarde soleada debe ser celebrada.
Cantar a los árboles y a las flores de mi antigua casa.
Aquellas, que eran el orgullo de mi madre.
El garaje de mi padre, modernizado.
Pensé en la tristeza de ver nuevamente mi hogar.
La nostalgia se esfumó y supe que mi hogar es éste.
El tiempo pasa , inexorablemente,
pero me siguen llamando señorita por esas calles.
Pasaré por mi barrio más a menudo, me llamaran señorita
Yo sonreiré satisfecha.
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