Abro la persiana y el sol sonríe.
El domingo me guiña un ojo
Y me alegro.
A pesar de las dificultades
El sol brilla par mi.
No puedo lidiar con un cielo de invierno
Este, me envuelve en una sábana blanca,
me enrolla el cuello y exprime mis emociones
hasta afixiarlas.
Entonces todo es gris
y empalidece mi alma,
como una flor sin regar.
Le temo mucho al invierno.
A no poder levantarme de la cama.
A llorar por nada.
A no escribir más.
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