Vistas de página en total

domingo, 10 de marzo de 2013

La muerte no me asusta.
La acaricio como a un amante.
Busco precipicios altos.
Sería hermoso morir en  mi amado mar.
Perderme en su intensidad.


La soledad es un puñal clavado en el alma.
Su muerte es lenta.
La herida  gotea  sangre por largo tiempo.


A la soledad, a esa maldita, sí le temo.

No hay comentarios: