Hoy grito con la boca cerrada,
el rostro cruzado por una cicatriz .
Es Fiesta de Reyes,
más mi tormento no cesa.
Las mujeres vestidas de luto eterno
fuman mi nombre con tanto ardor,
en las calles de tu tierra,
de tanta maldición,
he perdido el sueño,
la fiebre ha subido,
mi cuerpo maltrecho no aguanta más.
Paga bien sus servicios y diles adiós.
Que cesen el tormento, ni un cigarro más,
te lo imploro con un hilo de voz de esta boca
de labios ardientes.
Seré tuya.
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