Hace mucho no incendio los pastos con ira incontenible
ni escalo el barranco más alto para aullar al mar.
no armo hogueras con la grasa de mis enemigos
Ni gozo con el resplandor del fuego en el cielo.
Mis días son tibios, opacos, ni bueno malos,
No me consume la pasión,
ni la angustia agujerea mi cuello,
como antes, cuando escribía poemas furiosos,
derramaba lava en cada verso,
moría de deseo y la pasión cada día y su noche.
No puedo escribir un buen poema hace un mes.
Que la musas regresen y que mi sangre se incendie otra vez.
La locura tome el mando y ría a carcajadas
La vida no puede pasar sobre mí.
Sin una lágrima, ni una ilusión.
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