Frente a frente,
veo tus ojos, mi piel huele a deseo.
Sin remilgos ni disimulos,
se erectan los pezones de mis montes
Caigo en el vértigo de tu cuerpo.
No puedo pensar.
Y aún no has pronunciado palabra.
ni sé hacia dónde vamos.
En silencio, estoy bajo tu poder.
Solo se escucha acezar mi respiración.
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