Dime el secreto del conjuro que ató mis noches a las tuyas,
tu fragancia a melaza a mi piel .
Camino con la cabeza plena de tu imagen.
No tengo otro pensamiento.
Sueño con acariciar tus labios, de comisura a comisura
palpar , sentir la suavidad de su piel,
tan semejante a mis labios inferiores.
Permite acariciar tus labios, así el roce de tus dedos
entre mis piernas, encenderá , humedecerá mi deseo.
Me tienes a tus pies, sin voluntad para negarme a tus pedidos.
Sean éstos cómo sean, una exigencia fuera de mi alcance,
una tarde de amor.
Me complace tu sonrisa de niño.
Tu beso agradecido
Eso es suficiente,
para mi alegría.
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