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martes, 30 de junio de 2015

Recuerdo    aquellas mañanas de mayo.
La luz diáfana nos cegaba con su resplandor
e  iluminaba  claramente
el espacio, el horizonte, el cielo
mi vientre florecido de lirios, 
como si fuera febrero , enero, o el cielo.

Yo disfrutaba de la llovizna de arena 
la caricia sobre mi piel , 
mi  rostro sonreía de puro gusto
al .sentir el sol como gotas de miel.

Aquellos eran los días  de un mayo maravilloso
 mágico , misterioso , 
, de  soles rotundos,
  cielos translúcidos, 
mares de arena dorados
brillaban como si fuera verano
en principios de un otoño intenso.


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