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sábado, 11 de enero de 2014

Una mujer huye a la hora parda.
Debe evitar verlo, ser rápida, desaparecer.
Si ella lo encontrara, flaquearían sus piernas,
caería en los pozos tiernos de sus ojos,
sucumbiría a su poder.

Una mujer huye a la hora parda.
Se esconde entre las tinieblas,
oculta, lo ve llegar.
Tiembla, flaquea,
se zurce los ojos para no llorar.


Una mujer huye a la hora parda.
Debe fugar pronto, no encontrarlo cara a cara.
Duda ,  inquiere, clama al cielo.
En la mano, apretada el alma.

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