Solías ser el rostro que doblegaba mi voluntad y
sumías mis días en tristezas interminables.
Hoy eres tan solo uno igual a los seres anónimos , indiferentes, sin rasgos definidos que recorren mis calles.
Ni mejor ni peor.
Uno más entre millones.
Ya nada te distingue del común .
Y pensar que fuiste la luz de mis días hace tan poco.
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