Me desnudo lentamente.
Arrojo al descuido mis prendas sobre la arena.
Con la mano derecha aplico polvo de oro
por sobre toda mi piel,
sin olvidar ni un poro .
Mi cuerpo destella luz.
Al sol del desierto,
ciego la vista de quienes osan contemplarme.
Quemo sus pupilas con mi brillo incandescente.
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