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domingo, 19 de enero de 2014

Debo olvidar tus ojos y tus labios ,
 seguir mi camino.
Yo, como esposa fiel
Tu, como el amante ,
que trastocó mi vida en luz,
y conocí  una juventud nueva de tu boca.
Un sueño que termina.
Te arranco de cuajo,
Aún hiera el alma

Continúo mi vida,
un reguero de sangre
mancha  mis pasos.

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