Muchos sucesos ocurridos durante la semana me habían dejado físicamente y emocionalmente exhausta,dolida.
No sentía ganas de nada.
Solo quería dormir largo para olvidar.
Empecé a actuar na autómata. No sentía nada.
Fueron tus palabras, sí, con toda la certeza, las que me despertaron nuevamente el deseo de vivir.
Me llamaste animal jugoso, como animandome a cambiar de actitud.
A miles de kilómetros de distancia , sentí de pronto el fuego encendiendo mi cuerpo.
Bajé mis dedos hacia mi bajo vientre, como quien se acaricia suavemente , sin prisa , rocé los pezones de mis senos henchidos y desperté a la vida.
Sentir la cálida humedad de mis labios , los orificios palpitando , era la desesperación del deseo apoderandose de mi cuerpo.
El clítoris abultado se erguia ogulloso, ay , si me pudieras ver el rostro de arrechura.
Introduje mi dejo índice en el año y con cierta dificultad pues mis manos son pequeñas, mis pulgares deslizaron por mi vulva , casi nadando en ella , por lo lubricada que estaba y de inmediato a los senos.
Cada seno era acariciado con especial deleite , arráncando gemidos, la respiración entrecortada.
Ya fuera de control, volvía al coño mojado tan abierto que hube de penetrar un plátano en él. El plátano más grueso que encontré me colmó y sentia que mi vagina se abria hacia profundidades nunca antes conocidas
El dedo en el ano, la vagina llena y los pulgares rodeado los labios de mi vulva roja,
Alternando con maestría, un tiempo de gozo en cada uno, estalló el clítoris con su chorro de leche salada y translúcida mientras en el año derramaba su placer en un manantial de aguas calientes.
Los senos pedian los suyo y me las ingenié para colocar el plátano en medios de mis tetas, volvía a penetrar la vagina , moviendola
circularmente , rotando, de los senos mojandolos con mi leche salada , a la vagina hasta superar la intensidad conocidad
y sí , por los senos se puede alcanzar el placer supremo y por el ano en simultáneo remontar, cabalgar los picos más intensos del goze físico.
Un placer distinto, imposible de describir como una unidad, pues luego cada poro de mi piel estalló.
Mi piel entera mojada y mis caderas se movian hacia adelante, y hacia atrás para hundir al plátano en mis oscuridades ,mis pulgares laboriosos seguian el mandato del clítoris.
Mi cuerpo había adquirido voluntad propia, era un animal pulposo, Carne trémula de un placer que como los fuegos artificiales , no cesaba y a cada estalllido era el gemido doliente de una perra en celo. una loba aullando a la noche , en pleno gozo
Mi cuerpo vibraba intensamente, y los espasmos musculares se sucedian uno trás otro , un aullido largo y alto rasgó el silencio de la noche.
Senti que remontaba vuelo como una bruja o una reina por las estrellas .
Era la perra en celo, la puta gozadora. la loba
tu puta. tu animal pulposo,
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