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viernes, 10 de mayo de 2013

Mi cuerpo se estremece ante tu mirada.
No puedes acariciar mi piel pero la enciendes.
Quién eres tú , que a la distancia me colma, 
me envuelve, me desespera , me cubre y  me condena?
Antes, una armadura de hierro cubría  mi cuerpo.
Poeta de los montes . son tus ojos ardientes lo que 
derriten la armadura , y
 la hembra salvaje despierta
Hembra sedienta , que ruega, gime , ruge. y grita
cuando se quema de placer  en la pira del deseo.
Libre de  disfrutar y  sentir intensidades desconocidas  en 
mi  piel de seda .
Dueña y gobernadora de mi cuerpo, amante ardiente.
Aquella  que  a la distancia enloquecen de sentidos inéditos , .
.
Qué suerte la mía, ser la señora en un cuerpo de hembra.
Cúan feliz es mi piel florecida , 
manantiales de dulzura se derraman cada noche
mientras paladeo tu nombre, Poeta de los montes.

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