Algunas señoras hablaban mal de mi proceder
Otras volteaban la cara a mi paso.
Siempre fui libre como un río que discurre hacia el mar.
Yegua chúcara en una ciudad tibia y pálida.
Irreverente y caprichosa en una ciudad monacal.
Ellos eran mesura cuando yo era guerra.
Mi hermana sufría, mis padres lloraban sangre.
Yo bailaba, leía, y me amanecía.
Era rebelde y quería ser poeta .
Algunas señoras hablaban mal de mi proceder
Otras volteaban la cara a mi paso.
No las culpo.
La rebeldía no es bien vista en este lugar.
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