Antes de ti,
nadie había impreganado el olor de su piel
en mi piel,
Ahora busco a tientas de tu fragancia
y nadie, nada huele como tú , esposo.
Tú y yo nos fugamos,
me raptaste como en los cuentos,
y me enseñaste a deletrear el amor.
Cuanta falta me haces.
Tu voz bronca, tu risa
Amor cúidate, ya no eres más un niño
juegas a esconderte de la muerte,
por las esquinas.
Ella te conoce bien,
La maligna amiga nos vigila
No te alejes,
Necesito tu alegría para vivir.
Mi casa llora tu ausencia.
Ven pronto,
no demores por favor.
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