Vistas de página en total

jueves, 16 de mayo de 2013

Descubrí cómo espantar a las aves negras que amenazan mi suerte.
Ellas odian el sol y la luz que despiden mis ojos de hechizera.
Muto en  cazadora , y  mi daga , en el pecho.
Mi oído es sensible al aleteo de las  aves.
Unas veces es un aleteo pavoroso,
otras , un silbido fino.
No devoraran por un tiempo mis poemas,
ni atacaran a mansalva mis ideas.
Días claros de este extraño otoño .
.

No hay comentarios: