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jueves, 13 de noviembre de 2014

Yo recuerdo unos niños rubios que rodeaban mi cuerpo.
No sabía quienes eran.
Llegaron a mi casa , sin aviso.
Su padre, un ser lejano desconocido, insensible ,  a quien nunca amé.
Con  pasión loca amé a otro   hombre,
que demostró poco valor a la hora de emprender la ruta nueva.
Después de él, solo uno,  me embrujó con sus ojos de turquesa,
era malo, casi me mata en dosis  diaria de golpes.
Luego quise morir con veneno para ratas .
Nadie,  supo que la vida dejó de ser vida y busqué incesante la muerte.
Conocí a un hombre, bueno como un padre, alguien, a quien envolver
en amor desesperado pues al igual que yo, quería morir.
Juntos fortalecimos sueños , alegrías y reímos nuevamente .

Hoy, noviembre, temo, me arranco la piel de miedo por la llegada de fiestas.
Es que el ruido  de la gente comprando,
 me apena pues pienso en niños pobres.
Por sobretodo , pienso en mi padre, y cascadas de sollozos son mis días. 
Dias tristes, me esperan.

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