No detengas tu paso,
no voltees a mirar aquello que ocurrió.
La realidad camina veloz,
pisoteando sueños, amores, ayeres,
Ponte en pie,
antes, que el bloque concreto de la mañana
resbale contundente sobre tus huesos.
Los pulverice.
Si te jugaron mal, echa a la espalda la traición.
Las horas no conocen de nombres,
de libros, de poemas.
Anda, apura, la claridad estalla en tus ojos.
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