Mi cuerpo resplandece al sol,
bruñido por el milagro del amor.
Son tus caricias , muchacho.
Aletean traviesas , descubren pliegues nuevos,
accidentes, hondonadas para derramarnos en placer.
Corro ligera por el jardín ,
la cabellera al viento,
el deseo palpitando en las comisuras de mi piel.
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