Gotas de lluvia ácida caen sobre mi cuerpo desnudo,
horadan mi piel,
las articulaciones de filigrana,
los músculos.
Salpico agua fresca al tormento.
Rozan mi piel,
y se convierten en clavos.
Traspasan mi dermis, la epidermis,
mi alma.
Corro, huyo desesperada .
Enloquecida , pierdo el rumbo.
Los árboles gritan a mi paso :
No existe lugar para ti en esta tierra.
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