Mis heridas se guardan celosas de los ojos ajenos.
De cuando en vez, reviso si han sanado
o si se crecieron.
y son profundos hoyos
que merecen atención.
Las heridas graves las guardo en el alma.
De cuando en vez, retiro el corazón del pecho,
suturo las heridas y las guardo nuevamente.
Es un rito solitario .
Nadie conoce de mis heridas.
Son secretas y antiguas.
Las gané en justas y batallas encarnizadas.
Son mis trofeos de guerra.
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