Insisto,
yo no miento.
Yo narro  la versión fidedigna de los hechos,
tal cual mis pupilas
registraron en aquél espeluznante momento.
Aún tengo la piel erizada
al evocar el instante.
Y eso, que ya noches atrás
yo intuía,
algo malo olía.
Mi madre decía 
Esta chica tiene una intuición animal.
Y así fue
bajo el lavadero
en la cocina
tamaña tapadera.
 en tu propia casa.
Sí, en el sacrosanto lugar
donde uno descansa,
aquella chica,
casi una hija escondía un entierro.
Tremenda delincuente era,
Y ahora le creen a ella, carita de inocente
y yo, con este calor,
 enterrada
en esta celda,
La vida no es justa,
Qué va.
Y yo no miento
Insisto.
Doy la narración de los hechos
mismo atestado policial.
Para demostrar
mi buena, 
estupenda salud mental.