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jueves, 18 de septiembre de 2014

Yo era un girasol hermoso ,
larga cabellera al viento,
tú,  mi sol.
Me inclinaba leve
 a beber  los rayos de alegría 
de tus labios.
Encendías mis ojos, 
la piel de niña bien,
los sentidos dormidos.
Aprendí contigo, 
 a ser libre y ligera,
a reír con el cuerpo.
A soñar hasta el infinito , 
Supe que la libertad es posible,
cuando sigues el ritmo  acompasado del corazón.
  

Lo recuerdo,
las tardes de llovizna,
esta mañana fría,
Siempre.

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