Vistas de página en total

sábado, 20 de septiembre de 2014

De nada sirvieron  las pruebas físicas destinadas a aquella  batalla,
ni el camuflaje  en la cara .
Aún sea una  única flecha certera, 
ésta atravesó mi corazón. 
Partió mi cuerpo en dos.
He pasado la noche remendando  músculos.
Trenzando venas con arterias.
Componiendo mi rostro.
Es inútil, mis ojos lloran sangre.
Mi piel tizna una tristeza difícil de lavar. 
Recompuesta con alfileres, asumo tu odio.
Un sentimiento pesado, grave, agudo.
No lo conozco bien.
Yo no aprendí  a odiar en los años que sumo.

No hay comentarios: