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sábado, 28 de marzo de 2015

Los abrazos de estos hombres, cuajados y  rudos estrujaron a Nina de tal  modo que casi la ahogan.
Ellos supusieron que algo malo había ocurrido para que ella dejara de visitarlos de un momento a otro. Nina nada explicó , nada contó  evadió mirar a los ojos hasta a su amante , 
No era difícil mirar su rostro con la cabeza recién rapada ,sus cabellos como espigas pugnando por crecer . Ella se incomodaba al ser observada. No quería que ninguno de ellos sintiera pena ni el menor reparo en dejarla trabajar en las labores de acción , del sindicato.
Cocinó una sopa caliente para todos, que los reconfortó y empezaron a retomar el tema que los unía , desde donde lo dejaron. La represión en la mina había recrudecido, aún el valiente silencio de Nina ante la represión
Ya sabían ellos que algo grande preparaban.
 Como punto inicial, la reposición de los compañeros en sus puestos de trabajo y el inico de una gran huelga. Habían tomado contacto con los camaradas mineros de otros asientos y solidarios todos se sumaban a la lucha.
Era  , armar la estrategia , iniciar la lucha con el volanteo por el poblado, tomar las radios y las tvs del poblado,
Nina pernoctó en la casa , sintió sobre su cuerpo las manos de su minero,
Este tuvo miedo, al principio de ser rechazado por los daños inferidos por la policia a su Nina. Al  final, supo no tocaron su cuerpo , las partes íntimas de su muchacha, Ella se entregó al amante con una desesperación de moribunda.
Desnudó velozmente su cuerpo , guió la mano del amado por las sendas del placer y saltó a su cuerpo para ser ella quien diera el goce.
Los gruñidos , sus gemidos retumbaron en aquella vivienda después de mucho tiempo.
Era el canto de celebración del cuerpo por la sobrevivencia.
Y creo que todos los mineros lo entendieron así pues ninguno se quejó de aquél ruido dulce y furioso del amor.
Nina había vuelto y con ella, una gran alegría.

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