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viernes, 13 de marzo de 2015

Aprendió  a convivir con la realidad  política en la  Uni.
Al costado de un rector sabio y sus amigos científicos.
Supo  de sindicatos. De violencia política. 
De familiares de presos que pedían un espacio para vender la artesanía de sus presos.
Aprendió que la muerte llega con una llamada telefónica.
A la salida de su casa, Sendero mató al Secretario General de la universidad.
En San Marcos celebraban el Día de la Heroicidad en junio.
Fue con su pareja  a presenciar el acto anunciado por el Ministro como un gran riesgo.
Y nunca en todos mis años de organizadora  conoció un escenario tan imponente.
Una mujer pequeña arengaba furiosa.
A sus pies , en filas ordenadas y uniformadas,  las camaradas.
Tomó asiento y una de ellas la  hizo levantar en un respingo.
De pronto, se  escucharon los  tanques en la puerta de salida de la Av. Universitaria.
El pánico los hizo escapar en carrera hasta la puerta de la casa de una amiga en la Av. Colonial.
Luego supieronmos que habian entrado y habían apresado a los alumnos asistentes. Otros, los suicidas , enfermos terminales habían desfilado desafiando las balas por las avenidas.
Una vez más estaba salva.
En este país la policía cree que las princesitas son incapaces de ser algo más que señoritas.
Hasta que cayó mi amiga.
La bailarina frágil y leve. De un carácter, mística y fortaleza mayor que cualquier soldado. Nina la visitó muchas veces en las diversas prisiones donde continúa purgando una pena por demás exagerada y severa . No disparó un arma, nunca mató a nadie.
Fue un simple cuadro de apoyo, pero era blanca y en este país hasta la raza se paga como ejemplo para quien desee seguir el mismo camino.
La sentenciaron a cadena perpetua solo por custodiar la casa del jefe del terror.
Hoy sigue presa.

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