Huye, mi amor, antes que ya no pueda resistir
el calor de mi cuerpo cerca al tuyo.
La luz de tu mirada inundando la mañana.
Temo perder mi nombre, mi casa,
con cada caricia de tus dedos finos.
Te adivino:
rodearás mi cuello ,
Resbalarás hasta mis montes rotundos,
ansiosos de tus manos y
y cuando mi cuerpo inicie sus primeros cantos,
beberás mi néctar hasta mi locura.
Entonces no seré más yo.
Me convertiré en tu yegua de grupa briosa.
Tomarás mis crines como riendas .
Fugaremos lejos ,
A bordar pasiones .
Soñaremos la tarde entera
Pues ambos sabemos
que nunca serás mío.
y que yo no seré tuya.
Pues los poetas como tú
son amados por sus musas
y sus poetas.
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