En cuclillas, espero el aletear furioso de las aves.
Una daga escondo entre las piernas.
Se inicia la lucha encarnizada.
Ataco las cuencas los ojos .
Ave por ave arranco picos, alas.
Ciegas y locas de dolor chocan contra las paredes.
Una vez en el suelo, asesestó el cuchillazo final.
Un reguero de sangre mancha mi piso.
En cuclillas, espero el aletear furiosos de las aves.
Una daga escondo entre las piernas.
Mañana volveran por mi.
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