Descubrí por fin,
quien carcome mis entrañas
quien arranca con las uñas mi piel.
Soy yo.
Nadie más que yo,
quien imagina aves de rapiña
Quien las ve en su habitación
Escucha el aletear pavoroso de su plumaje
Y huye despavorida .
Hoy, dueña de mi ser
guardaré la daga escondida en mi cajón.
No se lo digas a nadie.
me capturaran otra vez.
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