A Lucho Labarthe, in memoriam
Nunca estarás sola, Anita :
Cuando las olas revienten
y la espuma moje tus pies
será él, quien te acaricie.
Si la marea esta movida
su vaivén traerá su risa.
Un golpe de viento en tu ventana.
sera su saludo cada mañana.
El está en la brisa, en la mar,
En los acantilados por donde paseaban,
Qué amor tan profundo y breve.
No tengo palabras para consolarte , prima mía.
Como diría el poeta, tanto amor y no poder hacer nada.
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