María estaba inquieta. No dormía pegado el oído a las noticias de la radio.
Una galería de tiendas ubicada en el Jirón Montevideo, de su amado centro de Lima, "el huequito" estaba a punto de ser derribada por órdenes del propietario de la finca.
Los comerciantes dormían en sus puestos para evitar el desalojo.
En la madruga de este maldito 9 de abril entraron las fuerzas del orden.
Los perros ladraban, los niños lloraban, pero hasta hace 10 minutos los comerciantes seguían dando lucha. Hace dos días murieron dos de ellos, de frío y tristeza.
Continúo mirando al cielo ya oscuro y pregunto:
Puede un poderoso quitar de un día para otro los stands que él mismo vendió a esa pobre gente. Claro que puede. Atropellar, desalojar , ingresar con armas , policía y perros por la noche.
Es el estilo de esa gente que se siente superior , todopoderosa,
sin alma ni compasión.
El propietario quiere derribar el predio.
Levantará uno de esos horribles edificios modernos que le signifique pingues ganancias . De aquello, no me queda la menor duda. Susana Villarán, dónde estás?
Y los antiguos inquilinos , aquellos pobres de pobres, tendrán que partir , o morir .Nadie sabe hacia dónde .
Ni ellos mismos.
Ellos criaron a sus hijos en aquél lugar, era su lugar sagrado de trabajo, los compadres eran los dueños de los stands vecinos. Eran una gran familia.
.
Me sublevo ante esa injusticia y ante el racismo.
Pisotean a la gente del pueblo, como ocurre hace siglos en este país. El rico siempre tiene la razón. El sigue mandando, explotando, sacando provecho a costa de gente humilde.
Son cholos , sí, son seres humanos. El poderoso es indiferente al sufrimiento de los cholos. Solo quiere tener más dinero. Sus interés está por sobre todo, como si su palabra fuera la única que se escucha
Y buena plata habrá recibido el comisario para enviar tamaña tropa.
Ellos gritan desde el otro lado. Solo muertos nos sacarán de aquí,
Una señora llora a gritos. Los niños han despertado.
Las botas , el ladrido de los perros.
Ellos acordaron en asamblea , no permitir el desalojo.
Aún les cueste la vida.
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