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jueves, 17 de abril de 2014

Alicia volvía a sonreír y con más ganas. Apenas abrió su correo, encontró la repuesta de su íntima amiga, a quien saludó en su día. Estuvo triste hasta hace 2 horas.
Alicia , quien sufría de ideas erróneas, daba por hecho que ella estaba resentida.
Nada más lejos de la verdad. Acordaron verse en setiembre y vendría con la niña. Era una mujer ya, pero Alicia recuerda como trotando oraba al Señor por un hijo para su hermana-amiga.
La bautizó con su nombre.
Ella era su verdadera alma  gemela.

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