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sábado, 4 de julio de 2015

El aroma fue el principio
y el final
la pasión arrebatadora
la búsqueda incesante
desesperada, 
la ansiedad 
  ir en pos 
el instante 
tras ese  placer fugaz
la embriaguez plena
de los sentidos,
Aquél late, palpita, se retuerce
vive en  la mente 
el alma , la piel.
Arrebata, desespera
el corazón, la humanidad
tu osamenta. 
Clamas a Dios, al cielo
a las divinidades,
los amores nuestros
por el aroma, la fragancia, el perfume.

Las copas de los árboles 
cuando el viento las mece
es el aroma, la fragancia, el perfume.

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