Contemplo el cielo terso,
asculto las constelaciones,
¿ serán las estrellas, acaso
quienes revelen el motivo
de tanto silencio?
Leo las palmas de mis manos,
sentada y paciente,
sigo con el dedo índice la línea de la vida
la del corazón.
Las estrellas y las palmas de mis manos
enmudecieron .
Nada dicen, nada quieren revelar.
Será justo echar al olvido a aquél silencio traidor,
que muerde feroz el alma.
Arrojo polvo lunar sobre el recuerdo,
sigo mi camino, con un paso de baile
de medio lado.
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