Desnuda, tal como aparecí en los arenales
vago , la mira desorbitada , alunado, como dicen
clamando , aullando por una respuesta ,
un simple si o un no,
que apacigue la ansiedad
que arde en mi cabeza
y zapatea
como una marioneta caprichosa,
sobre los cables de mis nervios,
enredandolos por purita maldad.
Hablen, o un sí o un no.
Adiós, no deseo más ninguna respuesta.
Me interno en la liberad,
en mi propio mundo sin remilgo ni confusiones.
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