Aqui juntos, ebrios de fragancia corremos desnudos por la playa,
nos acoderamos en las dunas, protegidos del sol, del frío traicionero del mar,
de esta vida silvestre en el desierto, que es libre y hermosa pero agreste. Procuramos, no nos falte , el arbusto y la mata que nos da el perfume.
Amado olor quebrantas voluntades , eres como el mal de amores, no se vive contigo pero tampoco se vive lejos de ti.
Por ello, para tenerte cerca hemos plantado las raíces de las matas, los arbustos en la arena, la tierra.
Estos se trasladan con el viento, recorren las ventanas, las paredes de las viviendas. Parecieran ser presas de un hechizo que las mueve por encima de los aire, y no existe lugar sobre el desierto donde no florezcan con especial vigor.
Otras cuelgan como helechos y basta halarla con la mano para hacerse de una brizna de la maravillosa yerba fraganciosa ,mientras nosotros desnudos deambulamos por el desierto buscando nuevas yerbas que sean mejores y más potentes alucinógenos.
Esto es único y prodigioso.
Y hemos arado en el desierto y las semillas han prendido entre las arenas y han crecido frutos preciosos.
Nuestro es el secreto de las fragancias en las arenas, solo para aquellos hombres y mujeres habitantes del desierto.
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