Mis ojos ciegos de sal contemplan tu vuelo de gaviota,
partes y quedo sin verdades
sin respuestas.
Ausculto
las palmas de mis manos
descifro sus líneas,
mudas
esta tarde para mi.
A pintar veloz el cielo,
antes que se derrumbe sobre mi cabeza.
Escribo una historia
un cuento fantástico
lo escribo diez veces
hasta que yo lo crea.
Convencida, tonta y contenta,
sigo mi camino ,
silbando una tonada.
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